Día 19 de junio de 1937, el trepidar de los tanques de la
dictadura levanta sonidos inarmónicos y amargos del empedrado de las calles de
Bilbao que habrá sido por primera vez en la historia de los tiempos modernos,
capital de Euskadi.
Desgraciados, difíciles momentos en los que el Lehendakari
Agirre tendrá que tomar el timón de nuestro pequeña nave, de nuestra entrañable
Euskadi, para intentar dirigirla en ese mar tempestuoso de la Guerra...
Después
de esa fecha: el exilio.
Nuestros compatriotas tendrán que dejar la casa del padre y salir
al ancho mundo: Argentina, Venezuela, Méjico, Francia, lnglaterra.. recibirán contingentes
importantes de euskaldunes que sin olvidar sus raíces, teniendo siempre en su corazón
esa nostalgia de su Patria, dolor sordo y amargo pero que cala como nuestro
sirimiri, intentarán rehacer sus vidas en esos nuevos marcos.
El
mundo contempla asombrado como esas personas serias, trabajadoras, honradas,
han sido echadas de su hogar en nombre de unos pretendidos valores católicos
que dice defender el general Franco.
Y es en ese contexto doble de llevar al mundo el mensaje de
nuestras mejores voces, de nuestra voluntad de ser pueblo, de nuestra vocación
de seguir manteniendo la esencia de lo que ser Vasco representa y de, por otro
lado, seguir manteniendo encendido en nuestros compatriotas el amor a su Ama
Lur, en el que el Lehendakari Agirre tuvo la visión del papel que podía jugar
el proyecto cultural ERESOINKA.
Así el
22 de agosto de 1937 nuestro Lehendakari ordenará:
“El portador de esta carta, lleva oficialmente
la importante misión artística de crear el Coro Nacional Vasco, a base de voces
tan selectas y de un conjunto tan perfecto que sea material de primera clase
para teatros, los más principales de Europa y América”.
“Como advertí, no puede regatearse nada,
pues tengo la ilusión de que nuestro Coro sea el mejor que hayan escuchado los
públicos selectos de Europa y América”.
Había nacido ERESOINKA, ese ambicioso proyecto cultural que había
de asombrar al mundo haciendo que una vez más, un puñado de vascos, superando
las dolorosas circunstancias en que vivía su Pueblo, dieran ejemplo de entrega patriótica,
recorriendo entre aplausos entusiastas los más diversos escenarios.
ERESOINKA trabajará entre 1937 y 1939. Alguien había tenido la
intuición de lo que una embajada cultural de esta índole suponía, había sabido
establecer momentos, necesitaba encender una antorcha que sirviera para
alumbrar con algo de ilusión la tremenda tristeza que le atenazaba y mantener
viva la energía cultural que siempre ha alimentado su espíritu.
Y así
el Lehendakari Agirre el 4 de diciembre de 1939 podrá escribir:
“ERESOINKA ha cumplido con su misión de
despertar en diversos públicos y sobre todo en personalidades determinadas, una
emoción de afecto doble hacia la causa de nuestro pueblo, emoción que
difícilmente podría haberse logrado por otros procedimientos de propaganda.”
“Jamás se me olvidarán aquellas conversaciones
en medio de los últimos bombardeos de Santander. Recuerdo que dije: Será un
conjunto que llamará la atención, y heraldo de nuestro arte y de nuestra
desgracia, la simpatía de las gentes”.
“Y, en efecto, nuestras ansias patrióticas
que miraban al futuro olvidando la inseguridad de aquel presente, se han visto
satisfechas porque ERESOINKA ha vivido, ha cantado por las principales plazas
de Europa, ha penetrado de simpatía muchos corazones y ha realizado la labor
que nuestros sueños patrióticos le habían encomendado.”
“La providencia ha querido que el nombre de
Euskadi, en muchas formas, y una de ellas por medio del arte, sea conocido. La
providencia querrá también - de esto podemos estar seguros - que la justicia de
nuestra causa triunfe, y volvamos a reanudar por el arte y por todas las
actividades nacionales, la vida de nuestro pueblo, interrumpida por la tiranía.”
Este año 1986 en el que conmemoramos el 50 aniversario de la
Constitución del Gobierno Vasco, de aquel Gobierno que hizo posible el proyecto
ERESOINKA, hemos pensado que era un momento adecuado para dar a conocer a nuestra
Sociedad, qué fue y qué supuso dicho proyecto.
Para ello hemos contado con el buen hacer de ese gran musicólogo
vasco José Antonio Arana Martija, que profundizando en el tema y analizando
exhaustivamente el gran legado que sobre ERESOINKA con minuciosidad y con cariño
nos dejó Jesus Elosegi, ha hecho posible este libro.
Este recuerdo de aquel ERESOlNKA de hace medio siglo lo
ofrecemos al mundo cultural como homenaje a aquel grupo de vascos que, alrededor
de la preclara figura del Lehendakari José Antonio de Agirre y Lekube y su
Gobierno, supieron presentar ante el mundo entero la mejor demostración práctica
de lo que representa la cultura de un pueblo cuando éste vive con entrega total
y fe puesta en que no existe empresa imposible si se contribuye a ello con toda
la voluntad, se aúnan esfuerzos y no se regatean los medios para alcanzarlos.
Hoy, cincuenta años después, el Gobierno Vasco alrededor de su
Lehendakari José Antonio Ardanza, sigue manteniendo vivo ese mismo espíritu,
consciente de que nuestro activo más importante y gracias al cual somos Vascos
es nuestra CULTURA.
~
(1) De: ERESOINKA. Embajada Cultural Vasca 1937-1939.
Eragilea: José Antonio Arana Martija.
Eusko Jaurlitzaren Argitalpen-Zerbitzu Nagusia-
Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco.
ANTECEDENTES
DEL CANTO CORAL POLIFONICO EN EUSKAL HERRIA Y EN EUROPA.
CAPILLAS
MUSICALES Y ORFEONES.
TRADICION
CORAL.
Recordaremos que es en la segunda
mitad del siglo XV - tras el imperio de la monodia gregoriana- que comienza a
despuntar el canto coral polifónico o canto a voces, bella conquista de nuestra
civilización occidental.
La importancia de la sede
eclesiástica y real de Pamplona durante el último período de la Ars Nova sigue
sin solución de continuidad en este nuevo período polifónico en que se
tiene constancia documental de los coristas de San Cernín en 1427.
Ya había nacido para entonces el navarro
José Anchorena, que en 1436 es “maestro de cantorcicos” en
la catedral pamplonesa y dos años más tarde maestro de capilla en la de Burgos.
Poco después nacerá en Azpeitia el polifonista
Joannes de Anchieta (1463-1523) y en Azkoitia Gonzalo Martínez de Bizcargui (1460-1530),
teórico musical de renombre europeo.
Desde comienzos del siglo XVI nos son ya conocidos nombres
de relevantes maestros de capilla vascos, dentro del país y fuera de él,
noticia importante en dos sentidos: demuestra por un lado que desde entonces se
practicaba el canto polifónico y por otro, que estos músicos cumplían con su
función de formación de cantores para sus capillas musicales.
En 1516 encontramos nominado como
maestro de capilla en Pamplona a Juan de Uriz y luego, en el mismo siglo
Fortuño Ochagabia (1572), Fortuño Ibañez
(1576) y terminando el siglo con Miguel Echarren (1563-1627), conocido como el polifonista Michael Navarrus.
El monopolio de la sede pamplonesa
cede terreno a otras capillas como la de Santiago de Bilbao (1577), la Corporación de Músicos de Baiona (1598)
y a la de- en el siglo
XVII ya barroco- el Escorial con
Pedro de Tafalla, descollando a partir de ahí la capilla de Arantzazu (1616)
con el guardián Francisco Zerain y el organista Francisco Zuola, de gran
trascendencia en la historia coral del país.
Es de suponer también la existencia
de capillas musicales en iglesias tan importantes como las de San Sebastián,
Vitoria y otras villas ya crecidas y con gran tradición musical.
En el siglo XVIII se impone el barroco, menos abundante en maestros de
capilla y por tanto de compositores para voces, toda vez que priman los
instrumentos fundamentales de la orquesta y el órgano.
Adentrados en el siglo XIX se compone abundante música religiosa y se completa una riquísima lista de maestros de capilla y
organistas, viveros de numerosos músicos, tanto de compositores religiosos como
profanos, entrados ya en pleno romanticismo musical, en que la música coral o
sinfónica profana se impone a la religiosa, esta misma impregnada de laicismo.
Para salvarla surge providencialmente Vicente
Goicoechea (1854-1916),maestro de la polifonía vasca moderna.
A puertas del siglo XX tenemos una importante escuela de compositores vascos,
organistas y polifonistas en música religiosa y folkloristas nacionalistas en
música profana, imbuidos ya del espíritu europeo.
Con el Romanticismo nace el interés por
la música popular. La creación de academias musicales y sociedades
filarmónicas acerca el conocimiento de la música al pueblo y la interpretación
coral sale de las capillas eclesiásticas a la calle.
Surgen así agrupaciones corales
compuestas por laicos, válidas para la interpretación de cualquier tipo de
música a voces: polifonía religiosa y profana, música sinfónico-romántica,
música folklórica; y algunas dan el salto del decadente canto llano a la música
gregoriana, restaurada a fines del siglo XIX.
El fenómeno coral cobrará pujanza
gracias al Romanticismo con la creación de ORFEONES.
Surgen sociedades corales en la
Coruña 1822: sociedad Polifónica el Eco; en Paris 1833, el Orfeon de
Guillaume Wilhelm; el Orfeó Catalá en 1821 con Amadeo
Vives y Luis Millet; el Orfeón Pamplonés,- nombre con que
participa del Concurso Internacional de Orfeones en Bilbao en 1892 -
que tuvo empero notables precedentes, tales el coro de Joaquín Maya y
Mariano García en 1862- en cuyo seno descubren la hermosa voz de Julián
Gayarre. Del Orfeón Easonense, 1862, luego denominado Sociedad Coral (1886) patrocinado por la Real Sociedad de Amigos
del País, en 1897Orfeón
Donostiarra. En Bilbao se
organiza el Orfeón Santa Cecilia (1869) que evoluciona en 1886 en el Orfeón Bilbaino, que en
1912 dirige Jesús Guridi (dos orfeones de corta vida se dan en Bilbao, el Euskaria
1896 y el Laurak Bat-1899. Hubo un Orfeon Alavés (1870) y la Schola
Cantorum del Seminario de Vitoria (1880); el Orfeón Vitoriano (1890);
la Chorale
Harmonie de Bayona-Biarritz, la Chorale Philarmonique de Bayona y en
1913
la Schola Saint-Leon de Bayona.
Además de estos Orfeones y Corales de
las capitales vascas los hubo en poblados, tales el Orfeón
Durangués (1882), el Orfeón Eibarres (1883), el orfeón de Munguía (1896), el Orfeón Renteriano (1898), el Centro musical Tolosano (1901) con
Eduardo Mocoroa, Societé Charles Bordes (1893) de Saint Jean de Luz, luego Schola
Cantorum, Orfeón Aritz Maitea de Vergara (1901) luego Vergalés,Orfeón Gernika (1903).
No en vano un conocido refrán termina
diciendo: “...tres vascos, un orfeón”.
Esta breve
recopilación de datos referentes a la historia de nuestras capillas musicales
religiosas y de nuestras sociedades corales y orfeones hasta la entrada de
nuestro siglo confirma, por lo que al canto colectivo se refiere, que ERESOINKA
no fue fruto de una circunstancia concreta, sino continuación de una tradición coral en el País Vasco. Sus raíces corales próximas, estaban basadas en una
historia y en una tradición que se ha mantenido durante siglos, con entidad
propia y personalidad nacional. Pero esta historia ya es otro cantar…
Notas y apuntes tomados de:
“Eresoinka. Embajada
Cultural Vasca 1937-1939” de José Antonio Arana Martija. Cap I: “Un Pueblo que
Canta y Baila”. Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco. 1ª
edición. Octubre de 1986. Vitoria-Gasteiz .
1ª edición del Arte de Canto Llano,
1511,
de Gonzalo Martínez de Bizcargui.
Teórico musical de renombre europeo
( Azkoitia, 1460-1530)
Con este recorrido y vistos los
antecedentes del canto y tradición coral en Euskal Herria, comprendemos con claridad
el por qué de tales raíces tales frutos.
El pueblo vasco ha desarrollado una
aptitud natural hacia el canto coral y el baile, favorecido por un acendrado
sentido de colectividad. Ya lo había advertido el Padre Donostia cuando dijo
que “el pueblo euskaldun es músico y dantzari: son estas dos, manifestaciones
del mismo espíritu, dos ramas de un mismo árbol”.
Son muchos los siglos de historia de
una cultura los que se concentran en dicho acervo cultural y todo brote de
reafirmación que exprese precisamente estos dos aspectos de la cultura
tradicional, el del canto y el de la danza, es una forma de afirmar un
importante aspecto de la identidad nacional de ese pueblo, en nuestro caso, - la
identidad del pueblo vasco. El canto y la danza son dos ramas de nuestro árbol
cultural que tiene profundas raíces en
su pasado.
Son muchos los momentos de un pueblo,
aquellos duros y de opresión, en el que manifestaciones elevadas del espíritu
ayudan a la superación y a su supervivencia y elevación. En el decir del Padre
Donostia: ”cuando un país padece eclipse de sol en su conciencia, esta
obscuridad hace presa en todas sus manifestaciones espirituales”, pero si ese
pueblo “con un rayo de luz mantiene el fuego sagrado de su conciencia nacional…” difícilmente va a desaparecer…
Es lo que realiza Eresoinka y Saski
Naski, cuya actividad durante la guerra en la década de 1937 le convierten en “embajada
cultural del pueblo vasco”. En medio del sufrimiento y el horror ellos se afirman
en sus raíces para no perecer, evitan que sus ramas sean amputadas, logrando
“que la savia vital siguiera corriendo en aquel helado invierno de nuestra vida
cultural”;
“Eresoinka no fue una creación artística de circunstancias, sino
algo bien asentado en un rico historial pasado y consecuencia- diría
inevitable- del mismo”.
Es por ello que hemos considerado tan importante en el
80° Aniversario de su Creación y actuación rendir homenaje en su recuerdo con
un concierto de conmemoración al Cancionero Vasco, EKIL y continuaremos recordando aspectos de
sus orígenes y desempeño.
Es lo que realizaron Aita Donostia,
P. Jorge de Riezu y Aita Francisco de Madina cuando en la misma época de
represión y genocidio cultural editan en la Editorial Vasca Ekin de Buenos
Aires sus temas “Flor de Canciones
Populares Vascas” y “De música Vasca” entre tantísimos títulos de cultura vasca
editados; al decir de Mañaricua, al referirse al genocidio cultural “…en esos
oscuros años, Ekin ha sido un faro de luz en la oscuridad”; es lo que realiza también la comunidad vasca
del exterior cuando en sus euskaletxeak, gazteak y poxpolinak interpretan en
todo el mundo las danzas vascas.
Y lo que hacen- en Eusko Kultur Etxea
y hacemos tantísimos otros al mantener vivos y despertar con la máxima
intensidad nuestra memoria identitaria cultural por medio de nuestras
actividades.
“Un pueblo se desmorona y desintegra- al decir
de Lucile Armstrong- si queda aislado de sus raíces”. Muchos son los pueblos y
las culturas que han desaparecido en ese aislamiento, pero la voluntad
colectiva del pueblo vasco evitó que tal ocurriera en aquellas y muchas otras circunstancias.
El pueblo mismo creó sus defensas en
varios órganos afectados de muerte – lo hace y continúa haciendo con su lengua,
el euskera- y otra de ellas fue la reacción vital para mantener erguidos dos de
los brazos fundamentales de su personalidad cultural.
Nadie que recorra desapasionadamente la
historia del canto y la danza en el País Vasco, podrá negar la importancia, no
sólo relativa sino absoluta y esencial, de estas dos fascetas de la expresión
cultural del pueblo vasco.
Nosotros nos unimos a esa sumatoria
que trabaja sobre los aspectos identitarios, despertamos “la memoria cultural
de nuestro pueblo”:
al rendir un Concierto-Homenaje a
Eresoinka;
mostrando el “largo recorrido de la canción
vasca” con el espectáculo de EKIL – Euskal Kantuen Ibilbide Luzea;
y cuando tenemos la dicha de que un
joven amante de la música como lo es Javier
Sotelo, rescate para su Concierto de
Música del Renacimiento el recuerdo del maestro polifonista de Azpeitia Joannes de Anchieta (1463-1523),
para brindarlo a Eusko Kultur Etxea- Casa de la Cultura Vasca incorporando sus
temas en este excepcional
Concierto de Música Polifónica del Renacimiento.
Cancionero
del Palacio en Palacio Real de Madrid
Manuscrito
del siglo XVI- 458 piezas de autores
Hallazgo
del siglo XIX
El
Concierto del Renacimiento que
estuvo a cargo del Coro Polifónico I Beati Cantaioli el pasado Sábado 12
de agosto 2017 en Lizarraenea, sede de Eusko
Kultur Etxea, tuvo un rotundo éxito.
Más de setenta personas acompañaron a
los intérpretes y sus artistas invitados.
Conformaron el grupo de I Beati Cantaioli, convocados para esta
ocasión por Javier Sotelo los intérpretes Verónica Arce, Natalia Del Cogliano, Emilia
Di Rosso, Patricia Morra, Daiana Pitzalis, Noelia San Marco, Leonardo Novarini,
Tomás Sanchez Girard y Leandro Sklar.
Los músicos
invitados fueron la soprano Rosana Risé en canto, Ariadna Ratti en flautas
dulces, Diego Zocco en laúd y guitarra
y José María Gutiérrez en txistu y
tamboril.
Presentaron
su Concierto de la siguiente manera:
“I Beati Cantaioli se presentan
nuevamente con el Concierto del Renacimiento, un recorrido
dedicado a la música vocal europea de ese período de la historia del
arte. Hemos preparado hermosas obras profanas, en general amorosas y
picarescas, en italiano, castellano, francés e inglés, compuestas por Orlando
Di Lasso, Josquin Des Prés, Clement Janequin, John Dowland y Adriano Banchieri,
entre otros.”
“Para esta presentación en
particular se incorporan composiciones del vasco Juan de Antxieta (siglo XV),
habiendo estudiado con genuino interés las obras escogidas de entre las 30 que
se conservan de este autor. Hemos intercalado excepcionalmente en el
programa, dedicado a la música profana, una partitura sacra en latín del
compositor guipuzcoano, por considerarla especialmente adecuada para la
interpretación por parte de un grupo vocal mixto.”
“Rosana Risé, soprano, Ariadna Ratti, flauta dulce, Diego Zocco,
laúd y José María Gutiérrez, txistu, aportarán su talento en esta ocasión para enriquecer con su arte
la propuesta musical.”
“Esperamos de corazón vuestra cálida presencia. Intentaremos
brindar un momento muy placentero, para intérpretes y público, haciendo honor a
nuestro nombre.”
I
Beati Cantaioli
(Los Felices Cantarines)
Eusko
Kultur Etxea
preparó, para la ocasión, la impresión de un hermoso cuadernillo con el programa y el análisis de
las obras musicales y sus autores preparado por Javier Sotelo.
El Programa interpretado fue el
siguiente:
1-Matona
mia cara; 2- El grillo; serenata la primera y una frottola (género musical antecesor del
madrigal) la segunda, obras respectivamente de los
autores y creadores Orlando di Lasso (1532- 1594) originario de los Países
Bajos, - uno de los
mayores creadores de la época dueño de una enorme ductilidad para componer en
distintos estilos, que llevó por toda Europa más de 2000 obras- y de Joaquín Des Prés (1440-1521), también
flamenco.
3-Tragedia
trobada a la dolorosa muerte del Príncipe Juan, 4- A tal pérdida tan triste y 5- ¡Ay triste que vengo!
El compositor y escritor de estos
versos fue Juan del Enzina (1468/9?- 1529/34?) quién como buen representante
del Renacimiento refiere en sus canciones a la tristeza, al amor y a la muerte.
Fue enorme su aporte
a la música y las letras en la época de losReyes
Católicos: poeta, compositor
y autorteatral. Iniciador y patriarca tanto de la escuela polifónica castellana como del teatro español, suséglogasteatrales, sus glosas y villancicos son
de una riqueza literaria poco frecuente, sobre todo teniendo en cuenta que su
autor, además, era un músico consumado y sus partituras, a pesar de los 500
años transcurridos, conservan aún hoy su vital frescura.
6- Con amores la mi madre; 7-
Donsella, madre de Dios; y 8- O bone
Jesu, de Joannes de Anchieta
Juan de Antxieta (Azpeitia, Guipúzcoa, ca.1462 – 30 de julio de 1523), perteneciente
a una importante familia del Señorío de Guipúzcoa y sacerdote, en 1489 fue nombrado
capellán y cantor de la capilla de Isabel la Católica; en1495 la reina lo
nombró maestro de la capilla musical y maestro de
música de su segundo hijo, el infante Juan de Aragón y Castilla, al que se refiere la tragedia trovada
que escuchamos con anterioridad. Se sabe que el príncipe Juan mostraba dotes
musicales y cantaba muy bien.
Después de la muerte del infante en 1497, volvió al servicio
de la reina con la obligación de trasladarse con la corte.
Tras la muerte de Isabel en1504, pasó Juan de
Antxieta al servicio de la nueva reina de Castilla, Juana la Loca,fue también maestro de música de sus
hijos, entre ellos de quien sería Carlos I de España.
En 1512, fue nombrado capellán y cantor de la Capilla Real
de Fernando el Católico, cargo que
mantendría hasta la muerte del rey en 1516.
El 15 de agosto de 1519, a la edad de 57
años, Carlos I lo separó de la Capilla Real por considerarlo muy mayor
y desde entonces se retiró a Azpeitia, donde sería párroco.
Joannes de Anchieta fue redescubierto para la historia de la música en la segunda mitad
del siglo XIX,
cuando el hallazgo del famoso Cancionero de Palacio en el Palacio Real de Madrid, manuscrito del siglo
XVI.
Este consta de 458 piezas de diversos autores entre los que se
cuentan Juan del Enzina(nada
menos que con 63 piezas), Diego de Fermoselle y Josquin Des Prés.
El musicólogoFrancisco Asenjo Barbieritranscribió
el volumen en notación moderna, modificando el orden original de las canciones
y reuniendo por sistemas las voces, que en el manuscrito se presentaban por
separado.
Lo publicó en1890 con el nombre
de Cancionero Musical de los Siglos
XV y XVI,proporcionando en la introducción del libro muy valiosa
información sobre algunos de los compositores cuyas obras se dan allí a conocer,
entre ellos Antxieta, que figura con
cuatro canciones con versos en castellano.
Asenjo Barbieri consideraba una omisión imperdonable que durante siglos
el nombre del músico guipuzcoano hubiera permanecido ignorado, dada la calidad
artística de su obra y, en un intento de darlo a conocer a la posteridad, se
extiende en la narración de los detalles de su vida que, tomados de dicha
fuente, aquí se transcriben parcialmente.
Como sucede con los autores más representativos de su época, a
excepción de Juan del Enzina, Antxieta compuso música religiosa y profana.
En cuanto a la música sacra, está escrita en latín, de acuerdo al culto
religioso de la época.
Las austeras melodías y la alternancia entre polifonía y gregoriano
de las obras del género tuvieron gran influencia en la música española, incluso
durante el Barroco.
Dichas características pueden apreciarse en la obra interpretada en
este concierto. Respecto a la música
profana que se conoce, ha sido especialmente compuesta para los festejos a los
que era destinada en el ámbito de la corte española, por lo cual resulta
comprensible que para ella sólo se emplearan textos en castellano.
Podemos suponer que, siendo Juan de Antxieta un sacerdote, se haya
dedicado a escribir mayoritariamente obras sacras en latín, a excepción de las composiciones
destinadas a la corte española, prescindiendo por este motivo de textos en
euskera, al menos durante su actividad en la corte española, aunque es difícil
hacer aseveraciones en tal sentido, teniendo en cuenta la escasez de partituras
conocidas del maestro guipuzcoano.
Por otra parte, al realizarse el inventario de sus bienes, tras su
muerte, se consignó la existencia de tres libros de música vocal, hoy perdidos,
que bien podrían haber contenido composiciones propias con versos en euskera.
Incluso, existen modernas transcripciones de
la partitura deCon amores, la mi madreescritas encompás de zortziko,
aunque no en la versión publicada por Asenjo Barbieri, transcripta en compás de
6/2.
Pero hay que tener en cuenta que en el cancionero del siglo XVI (de
donde extrajo las partituras el musicólogo, como dijimos, para su revisión y
publicación decimonónica) no existe marcación de compases, tal como era
habitual en la época, por lo cual en ocasiones el criterio de acentuación puede
variar ostensiblemente al momento de efectuar la transcripción en notación
moderna.
Se añade otra dificultad para realizar ese trabajo: como ya lo expresáramos,
en el viejo manuscrito del cancionero cada una de las voces está escrita por
separado, en particellas, por lo cual puede resultar una tarea muy compleja organizar
en sistemas esas partes, es decir ordenar las voces una debajo de la otra, para
poder tener una visión integral de la obra.
Una de las cuestiones apasionantes de la música antigua es que siempre existe
algún grado de incertidumbre en cuanto a la interpretación, que habitualmente
se resuelve según el criterio del músico, de acuerdo a su experiencia, sus conocimientos
y el estudio de la obra y su contexto.
Así podemos encontrar ejecuciones bien diversas de una misma pieza,
puesto que la esquemática partitura da lugar a diversas posibilidades, en un
procedimiento que muy bien podríamos asociar al empleado en el jazz o cualquier
otro género popular.
Sólo han sobrevivido 16 piezas en los manuscritos hallados en distintas
bibliotecas en los que figura el nombre de Antxieta a la cabeza, pero se le han
atribuido varias obras sacras anónimas lo que haría un total de unas 30 obras
conservadas del músico de Azpeitia.
Para la ocasión hemos escogido dos obras en castellano encontradas,
como dijimos, en el Cancionero de
Palacio:
- una canción profana, Con
amores la mi madre(cuyo texto
ha sido empleado también para una melodía con piano por Fernando Obradors,
compositor barcelonés del siglo XX)
- y una canción de poesía religiosa, Donsella madre de Dios, ambas ofrecidas
en esta oportunidad en versión para soprano solista y laúd.
- Sigue una obra polifónica sacra en latín,
atribuida a Antxieta: O bone Jesu.
Se puede en ella apreciar el estilo austero y una sonoridad
característica de la música del siglo XV.
Las líneas vocales son sencillas y con abundante empleo de los grados
conjuntos.
Su diáfana belleza, transparente
y luminosa, propicia un clima de profunda espiritualidad.
Gracias a nuestra amiga Marisa Lourenzo,
verdadera conocedora en temas bíblicos, pudimos saber el origen de los versos,
en los que se mezclan palabras del antiguo testamento con la invocación a
Jesús, el Mesías.
El primer párrafo está tomado del Salmo 13:4: "Ilumina mis
ojos; no sea que me duerma en la muerte, no sea que diga mi enemigo: «He
prevalecido contra él»”.
El segundo pertenece al Salmo 31:5: "En tus manos encomendaré
mi espíritu; redímeme, Señor, el Dios de la verdad".
La última parte es tomada del Salmo 39: 4 "Dije en mi
lengua: manifiéstame, Señor, mi fin; y el número de mis días ¿cuál es? para
saber qué me falta”.
El mismo
versículo en la versión Reina Valera dice: "Y así proferí con mi
lengua: Hazme saber, Jehová, mi fin, y cuánta sea la medida de mis
días; Sepa yo cuán frágil soy".
9- La, la, la, je ne l’ose dire; 10-
Ce Moys de May; 11- Je sens sur mon ame plouvoir
Sus
autores, Pierre Certon (c.1510/1520- 1572), Clement Janequin (1485-1558) y Guillaume
Costeley (1530/1- 1606), todos ellos músicos y compositores de las escuelas de
Paris.
Estas canciones nos devuelven a un clima popular y ciertamente alegre.
12- Now is the Month of Maying; 13-
Fine knacks for ladies ; 14- Now o now; 15- Go christall teares ; 16- Come
heavy sleepe,
de los compositores británicosThomas Morley (1557/8-1602),la primera
del grupo, John Dowland(del primer
libro de Canciones o Aires 1597) las
restantes, de estilo declamatorio de los madrigales, que incorpora cierto
dramatismo con el laud y habla del sufrimiento del amor distante.
17- La pastorella; 18- Due villotte
del fiore; 19- Capriciata a 3 voci; 20-
Contrapunto bestiale alla mente.
De las
neblinosas islas británicas pasamos a un paisaje soleado, mediterráneo, en donde
hallamos a una pastora,La pastorella,
llevando a sus cabritas a pacer y divisamos a su enamorado, fascinado con sus
encantos, con el brillo de sus ojos, que en la medianoche hacen surgir el día.
Aunque desconocemos al autor de la música,
sabemos que los versos pertenecen aAngelo
Poliziano(1454-1494). La poesía es
intencionadamente sencilla, imitación del vocabulario simple de un joven
campesino.
También lasDue Villotte del Fiorereflejan
el ambiente bucólico de la época (más sano, sin duda, que el de las cortes).
Su
autor esFilippo Azzaioloconocido en nuestros días como compositor de villottas.
El joven se lamenta de estar distante de su
doncella y sólo se conforta pensando en el pronto regreso y en la orgullosa
felicidad que le da la belleza de su amada.
Las características de estas obras, el
canto prevalece sobre la estructura armónica y contrapuntística, redunda en la
influencia benéfica que ejercieron en los compositores de épocas siguientes.
Como en el caso deAdriano Banchieri,
autor precisamente del desopilanteContrapunto
Bestiale alla Mente:
sobre una muy eclesiástica melodía, un perro, un
gato, un cucú y una lechuza improvisan sus partes.
El contrapunto era un procedimiento que
permitía demostrar la destreza de los cantores de las capillas, especialmente
las de Roma.
La formación de los
cantantes era muy completa e incluía el arte de la improvisación en el que podían
exhibir sus habilidades.
I Beati
Cantaioli se despide con dos Bises:
1.NORTXU
Se trata de Nortxu,
un zortziko popularizado por
el legendario conjunto vocal vasco Los Xey, formación masculina nacida en la posguerra, que grabó la versión que, adaptada por el autor de estas líneas para
coro mixto, cantan esta noche I Beati Cantaioli.
En 1993 el coro Biotz Alaivisitó la Argentina con motivo de la Semana
Vasca realizada en Mar del Plata y en dicha oportunidad y por gentileza de su
director tuvimos acceso a la partitura de esta bella canción, cuya escucha nos
había sorprendido muy gratamente. Tras muchos años de tenerla en carpeta la exhumamos con mucha alegría, esperando ser dignos y respetuosos intérpretes de una hermosa pieza del acervo musical vasco.
2.Respecto al
segundo bis, creemos que merecen ser contados algunos detalles de la alegre Hoy Comamos y Bebamos, de Juan de la Enzina.
En ella se exhorta a honrar a Sant Antruejo,
que parece un diminutivo de San Antón o Antonio Abad (251-356) ermitaño
egipcio, cuyo onomástico se celebra el 17 de enero.
Fue un asceta que dormía en una gruta
sepulcral, en contraste con todo lo que celebra el carnaval, del que la canción
habla. La honra a un santo tan popular
pone de manifiesto cómo lo sacro y lo profano se entrecruzaban en la época.
Acompaña esta interpretación el txistu y
tamboril de José Gutierrez.
I Beati Cantaioli y parte del público
Asistentes durante el concierto
Una contagiosa alegría llenaba el ambiente al finalizar las interpretaciones.
Los asistentes departieron a continuación el encuentro de amigos disfrutando de un ligero refrigerio con sabrosos pintxos y bebidas
Familia de artistas:
Javier Sotelo quien convoca a I Beati Cantaioli.
Su esposa Rosana Rise, soprano invitada
que nos deleitó con su voz y sus hijos
Emilia Grecco de Arraga con Matilde Etcheverry de Lusardi y Maria Matilde Lusardi
Verónica Iriarte socia de Eusko Kultur Etxea y alumna de euskera
Grupos de concurrentes al concierto
Dr. Mario Arraga miembro de la Directiva de Eusko Kultur Etxea
Emilia Grecco de Arraga, Juan Carlos Ibarrola y Norma Ríos de la Comisión de Cultura de Iparraldeko Euskal Etxea. Elina Belcaguy, Veronica Iriarte y Oreste Iglesias, alumnos de euskera en Eusketxe y socios
Se agrega al grupo Maria Elena Etcheverry de Irujo Ollo, presidente de Eusko Kultur Etxea
Integrantes de I Beati Cantaioli
Maria Echevarne, directiva de Eusketxe asistiendo el evento