lunes, 27 de mayo de 2019

EL IMAGINARIO MITOLÓGICO VASCO- TALLER DE LECTURA- CONTINUA JUEVES DE MAYO Y JUNIO de 19 a 20:30 horas

TALLER DE LECTURA

EL IMAGINARIO 
MITOLÓGICO VASCO

EN EUSKO KULTUR ETXEA.




Necropolis de Argiñeta- Elorrio- Bizkaia




Metodología:


Creemos que la lectura compartida crea una cercanía entre el mundo del texto y nuestros  posibles mundos y vivencias.

Continúan los encuentros (90 minutos). Días jueves de 19 - 20:30 horas

Siguientes encuentros: Mayo 2, 9, 16, 23 y 30. Junio 6. 


Fuente Bibliográfica: selección de textos a entregar cada vez.

Costo del Taller:   $ 100 por cada encuentro.












Como hilo conductor para el desarrollo de estos temas en los siguientes encuentros, 
seguiremos una síntesis 
del periplo del héroe







Tema 4: Ritos y símbolos:  
                 (Continúa)


                                                                                    Estelas decoradas de Aguilar de Codes-

                                                                                                               culturanavarra.es






a)      La llamada de la aventura.
Nos explica Joseph Campbell en su libro El héroe de las mil caras[1] que las formas en que puede comenzar una aventura mitológica pueden ser aparentemente inocentes: un error, un detalle, una ligereza que revela, de pronto, un mundo insospechado. El individuo, entonces, queda expuesto a una relación con poderes que no se entienden correctamente.
Son típicos de las circunstancias de la llamada algún tipo de paisaje o atmósfera irreal: el bosque oscuro, el gran árbol, la fuente que murmura y el despreciable aspecto del portador de la fuerza del destino. El mensajero oscuro, odioso o terrorífico, es aquel que el mundo juzga como el mal. El heraldo puede ser una bestia que generalmente representa una fecundidad instintiva que hasta entonces fue negada.  No obstante ya sea en un sueño o en el mito hay en estas aventuras una atmósfera de irresistible fascinación.

Este primer estadio de la jornada mitológica (que damos en nombrar “Llamada de la aventura”) significa que el destino ha llamado al héroe y ha transferido su centro de gravedad espiritual desde el seno de su sociedad hacia una zona desconocida.  
Esta fatal región de tesoro y peligro puede ser representada en varias formas: como una tierra distante, un bosque, un reino subterráneo, o bajo las aguas, en el cielo, una isla secreta, la áspera cresta de una montaña; o un profundo estado de sueño; pero siempre está signada por un lugar de fluidos extraños y seres polimorfos, tormentos inimaginables, hechos sobrehumanos y deleites imposibles.

b) La negativa al llamado

A menudo en la vida actual y no poco frecuentemente en los mitos y cuentos populares, encontramos el triste caso de la llamada que no se responde; porque siempre es posible volver el oído a otros intereses.  
La llamada no atendida convierte la aventura en una negativa. Encerrado en el fastidio, en el trabajo duro, o en la “cultura”, el individuo pierde el poder de la significante acción afirmativa. 
Su mundo floreciente se convierte en un desierto de piedras resecas y su vida pierde todo significado, aun cuando, como el rey de Minos, pueda tener éxito a través de un esfuerzo titánico en la formación de un imperio de renombre.  
Pero toda casa que construya será la casa de la muerte, un laberinto de paredes ciclopeas para esconder a su vista su propio Minotauro.


[1]Cf. CAMPBELL, Joseph, El héroe de las mil caras, Fondo de Cultura, Bs. As, 1998.

                                                         Mamurrak

Tema 5 :
c) La ayuda sobrenatural o extraordinaria

      “Para aquellos que no han rechazado la llamada, el primer encuentro de la jornada del héroe es con una figura protectora (a menudo una viejecita o un anciano), que proporciona al aventurero amuletos contra las fuerzas del dragón que debe aniquilar.”[1]    

  Luego, si el héroe mitológico no abandona su auténtico   destino, la gracia o ayuda sobrenatural estará presente a lo   largo de toda su  vida.                                                            
  
     “El individuo tiene que saber y confiar, y los guardianes eternos aparecerán. Después de responder a su propia llamada y de seguir valerosamente las consecuencias que resultan, el héroe se encuentra poseedor de todas las fuerzas del inconsciente”

      “No es raro que el ayudante sobrenatural tenga la forma masculina. En el reino de las hadas puede ser algún pequeño habitante del bosque, algún hechicero, ermitaño, pastor o herrero que aparece para dar al héroe los amuletos y el consejo que requiere.  Las mitologías superiores han desarrollado el papel en la gran figura del guía o maestro, el conductor, el que lleva las almas al otro mundo.”

      “Protector y peligroso, maternal y paternal al mismo tiempo, este principio sobrenatural de la guardia y de la dirección une en sí mismo todas las ambigüedades de inconsciente, significando así el apoyo de nuestra personalidad consciente en ese otro sistema, más grande, pero también la inescrutabilidad del guía que se hace seguir por nosotros, con peligro de todos nuestros fines racionales”.



[1] Ibid.

                                                                                                                                                      Minotauro

Tema 6:

d) el cruce del primer umbral

Con las personificaciones de su destino para guiarlo y ayudarlo, el héroe avanza en su aventura hasta que llega al “guardián del umbral” a la entrada de la zona magnificada.  La figura más representativa de este guardián es el dragón que duerme en el umbral de la cueva custodiando a la princesa cautiva y al magnífico tesoro.

e) el vientre de la ballena (o la intrusión en el laberinto)

La idea de que el paso por el umbral mágico es un tránsito a una esfera de renacimiento queda simbolizada en la imagen mundial del vientre (de la tierra), el vientre de la ballena.  El héroe en vez de conquistar o conciliar la fuerza del umbral es tragado por lo desconocido y parecería que hubiera muerto.

Ya sea la figura del cíclope como la figura de Minotauro, se pueden interpretar con relación al mito de Teseo. 

Teseo es un héroe griego, rey de Atenas, personaje semihistórico y semilegendario. 
Guiado en el laberinto de Creta por el hilo que le había entregado Ariadna, hija de Minos, combatió y mató al Minotauro, monstruo que se encontraba en el centro del Laberinto y se alimentaba con carne humana. (...) 
Los historiadores griegos atribuían a Teseo la primera organización del Ática y la legislación primitiva de Atenas.


¿Cómo interpretar a Minotauro? 

Su aspecto físico puede ayudarnos a entenderlo: cuerpo de hombre y cabeza de toro o macho cabrío.  
En el caso del cíclope (Polifemo) su único ojo puede hablarnos de una unilateralidad de la conciencia.
Ambos, no obstante, pueden asociarse al Monstruo-Tirano: es el avaro que atesora los beneficios generales; es el monstruo ávido de los voraces derechos del “yo y lo mío”; es aquel que provoca estragos dentro de sus dominios.  
Sus consecuencias pueden ir desde lo reducido de su casa o habitación a su psique torturada, a las vidas que contamina con el toque de su amistad y de su ayuda, o puede alcanzar toda una civilización. 
  
El ego desproporcionado del tirano es una maldición para sí mismo y para su mundo, aunque sus asuntos aparenten prosperidad. No es difícil imaginarlo aterrorizado por sí mismo, perseguido por el temor, desconfiado de las manos que se le tienden para ayudarlo y luchando contra las agresiones anticipadas de su medio... 
Donde pone la mano surge un grito, si no desde los techos de las casas, sí, más amargamente, dentro de cada corazón; un grito que pide la venida de un héroe redentor, el que lleva la brillante espada, cuyo golpe libertará a la tierra y al hombre (habitado por el monstruo).  
Ese héroe redentor es Teseo, y es cada hombre que tenga valor de dominar a ese tirano interior.
¿Cómo podría matarse un monstruo interior? ¿Con qué armas? ¿Con qué ayudas?  Sigamos la sabiduría del mito: 

Ariadna se enamoró del hermoso Teseo cuando lo vio desembarcar del bote que había traído al lastimoso grupo de mancebos y doncellas atenienses para el Minotauro.   Encontró la manera de hablar con él y le dijo que le daría los medios para salir del laberinto si le prometía llevársela de Creta y hacerla su esposa. 
Entonces, Ariadna pidió ayuda al hábil Dédalo, por cuyo arte el laberinto había sido construido y había sido posible a la madre de Ariadna dar a luz su habitante, el Minotauro.  Dédalo le dio sencillamente un ovillo de hilo, el cual debería ser amarrado a la entrada por el héroe extranjero y desenrollado conforme avanzara.  
Es poco lo que necesitamos pero sin ello la aventura dentro del laberinto puede ser desesperada.

¿Qué encontramos en el centro?

Paradójicamente, donde habíamos pensado encontrar algo abominable, encontramos un dios; y donde habíamos pensado matar a otro, nos matamos nosotros mismos; y donde creíamos salir, llegamos al centro de nuestra propia existencia; donde habíamos pensado que estaríamos solos, estamos con el mundo. 



                  
                                                                                                              TARTALO  O TORTO



Tema 7:

f) el primer éxtasis en el camino de las pruebas

      Con el primer éxtasis se adelanta una experiencia de aquello que nos es dado imaginar como la perfección.  Quedando a un lado la relatividad de las barreras rígidas que han levantado los hombres, irrumpe y se eleva así aquella armonía universal donde cada uno se siente reunido, reconciliado, fundido y uno con la unidad primordial.   
Imágenes típicas de este estado son la fiesta dionisiaca: cantando y bailando el hombre se siente miembro de una comunidad superior de encantadora beatitud, la voz del hombre resuena  como algo sobrenatural, ya no es un artista, es una obra de arte viviente: fruto del poder estético de la naturaleza entera.

      Plutarco  enumera los éxtasis de los orgiásticos ritos de Pan, el frenesí báquico de Dionisos, el frenesí poético de las Musas, el frenesí violento de Ares, el frenesí de amor que hace perder la razón y libera las fuerzas de la oscuridad destructivo-creadora.

      Pero ello se da detrás del umbral.  En el umbral mismo está apostado el protector.  Es mejor no sacar al guardián de los límites establecidos.  
Y, sin embargo, sólo atravesando esos límites, provocando el otro aspecto de la misma fuerza, o sea el destructor, pasa el individuo, ya sea vivo o muerto, a una nueva zona de experiencia. (...) 
La aventura es siempre y en todas partes un pasar más allá del velo de lo conocido a lo desconocido; las fuerzas que cuidan la frontera son peligrosas; tratar con ellas es arriesgado, pero el peligro desaparece para aquel que es capaz y valeroso.

 [1] CAMPELL, Joseph, El héroe de las mil caras, 
Fondo de Cultura Económica, Bs.As., p. 80.

                      
"..allí dónde los ángeles supremos y las moscas y las almas son iguales, 
allí dónde yo estaba y quise lo que fuí y fuí lo que yo quise..."
MEISTER ECKHART

Ilustración de EL ORO VELADO . 
Luis María Etcheverry . Editorial Vasca Ekin. 
"El Muerto"


  Tema 8:

  g) ¿Cómo comprender el descenso a lo    subterráneo?

            “...Atravesando ríos, estos pasajes dolorosos   purgativos, el [iniciado] descenderá y permanecerá   en  el seno de la tierra. En la noche interior de la   naturaleza, hasta que allí le sea musitada por las   Musas la palabra oracular, la revelación de la           oscuridad: el decirse de la noche...” 

  ¿Cuál es la revelación de la oscuridad?

 “...El privilegio que se otorga al [iniciado] es el de un   contacto con el otro mundo, pero también, y sobre   todo, la posibilidad de entrar y volver a salir   libremente, de entrar en el pasado como dimensión   del más allá: de transitar el mundo donde ocultan las   mitades de las analogías que en este mundo no   lograríamos descifrar, no llegaríamos a co-responder.   Mitad de otra mitad, muerte de la vida, o vida de la   muerte que, re-unidas, completan lo simbólico. Mitad   que sin su otra mitad, dividida, carece de sentido:   instaura lo diabólico.”

  [1]MUJICA, Hugo, La palabra incial
      Trotta, Madrid, 1995, pp. 136 y ss.





Tema 9:

h) La unión con la divinidad 8

      La penúltima aventura, cuando todas las barreras y los ogros han sido vencidos, se representa comúnmente como un matrimonio místico entre el héroe con la Reina Diosa del Mundo.
      Es el modelo de todos los modelos de belleza, la réplica de todo deseo, la meta que otorga la dicha a la búsqueda terrena y no terrena de todos los héroes.  Es, a la vez, madre, hermana, amante y esposa. Y todo lo que se ha anhelado en el mundo y todo lo que ha parecido promesa de júbilo, es vivido como una premonición de su existencia, ya sea en la profundidad de los sueños, o en las ciudades y bosques del mundo.  Porque ella es la encarnación de la promesa de perfección: la certidumbre que tiene el alma de que al final de su exilio en un mundo de inadecuaciones organizadas, la felicidad que una vez se conoció será conocida de nuevo: la madre confortante, nutriente, la “buena” madre, joven y bella, que nos fue conocida y que probamos en el pasado más remoto. El tiempo la hizo desaparecer y sin embargo, existe, como quien duerme en la eternidad, en el fondo de un mar intemporal.

      Mientras progresa en la lenta iniciación que es la vida, la forma de la diosa adopta para el héroe una serie de transformaciones. Nunca puede ser mayor que él mismo, pero siempre puede prometer más de lo que él es capaz de comprender.  Ella lo atrae, lo guía, lo incita a romper sus trabas. Y si él puede emparejar su significado, los dos, el conocedor y el conocido serán libertados de toda limitación. La mujer es la guía a la cima de la aventura.
      Ella era la Fuerza Cósmica, la totalidad del universo, la armonía de todas las parejas de contrarios, combinando maravillosamente el terror de la destrucción absoluta con una seguridad impersonal pero materna. El encuentro con la diosa es la prueba final del talento del héroe para ganar el don del amor, que es la vida en sí misma. Cuando el aventurero no es un joven sino una doncella, ella es quien, por medio de sus cualidades, su belleza o su deseo, está destinada a convertirse en consorte de un ser inmortal.

[1]Cf. CAMPBELL, op.cit., pp.104 y ss.





 Tema 10:    Conclusión:

 i) La posesión de los dos mundos

      La libertad para atravesar en ambos sentidos la   división de los mundos, desde la perspectiva de las   apariciones del tiempo a aquella de la causalidad   profunda, y a la inversa, sin contaminar los principios   de la una con los de la otra, pero permitiendo a la   mente conocer a la una por virtud de la otra, es el   don comunicado del maestro (o guía del trasmundo)   al discípulo.  La Bailarina Cósmica, declara Nietzsche,   no descansa pesadamente en un solo punto, sino que   ligera y alegremente brinca y se vuelve de una   posición a otra.  Es posible hablar desde un solo   punto a la vez, pero eso no invalida las instituciones   del resto.

      Los mitos no descubren a menudo en una sola   imagen el misterio del pronto tránsito. Cuando lo   hacen, el momento es un símbolo precioso, lleno de   importancia que debe ser atesorado y contemplado.   El  discípulo es el iniciado sin ser el amo del misterio,   pero que no obstante es introducido a la plena   experiencia de la paradoja de los dos mundos en uno.

      El héroe, por medio de las pruebas, renuncia   completamente a todo su apego a sus limitaciones   personales, idiosincrasias, esperanzas y temores, ya   no resiste a la aniquilación de sí mismo que es el   prerrequisito al renacimiento en la realización de la   verdad y así madura, al final, para la gran   reconciliación (uni-ficación). 

Después de disolver   totalmente todas sus ambiciones personales, ya no   trata de vivir, sino que se entrega voluntariamente a   lo que haya de pasarle; o sea que se convierte en   anónimo.  La Ley vive en él con su consentimiento sin   reservas.

     Muchas son las figuras que representan este     último estado de la presencia anónima: los ermitaños   y los mendigos errantes; el Judío Errante   (despreciados, desconocidos, pero con la perla   invalorable en el bolsillo); el mendigo perseguido por   los perros; el milagroso poeta mendicante cuya   música apacigua el corazón; o el dios enmascarado. 

 “Unas veces un tonto, otras veces un sabio, unas   veces poseído de real esplendor, otras veces errando,   unas veces quieto, otras veces con una expresión   benigna, unas veces lleno de honores, otras   insultado, otras desconocido; así vive el hombre   realizado, siempre feliz con la suprema dicha.  Así   como un actor es siempre un hombre, lleve o no la   indumentaria de su papel, así es el perfecto   conocedor de lo Imperecedero, siempre lo   Imperecedero y nada más”. (Shankaracharya,       Vivekachudamani).

      “Nobleza del mendigo que vive de lo que recibe,   que recibe lo que agradece. Nobleza de la finitud que   alberga en ella su misma posibilidad de plenitud, no   como resignación sino como gozosa aceptación,     como  aceptación dilatada en gozo: como celebración.  

  (...) Ese gozo que abraza el dolor y el placer, el día y   la  noche, el sereno gozo que abraza la vida toda:   nos  habla de ese sí a la vida que es gratitud, el sí al   abrazo de la vida.” 

[1] MUJICA, op.cit., pp. 136 y ss.



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