Eusko Kultura Etxea se suma a las palabras de la FEVA
en homenaje al Pueblo Vasco
y sus seres caídos en el
Bombardeo de Gernika
1937 - Apirilaren 26an- 2018
GERNIKA
81 AÑOS DESPUES
Han pasado 81
años de aquel 26 de abril en que la aviación de la Alemania nazi bombardeó la ciudad vasca de GERNIKA
destruyéndola casi en un 70%, quedando solamente en pie el edificio de la
estación de trenes y la Casa de Juntas. Según estadísticas del Gobierno Vasco,
las víctimas fueron 1654 niños y adultos civiles, mientras que el informe
especial emitido por el gobierno franquista da cuenta solamente de unos 12
decesos.
Como todos los
lunes, en la Villa de Gernika se realizaba
la tradicional feria del mercado, a la cual concurrían gran cantidad de
aldeanos de la región con el fin de comercializar sus productos.
Cerca de las
16 hs. cuando la feria se encontraba en pleno funcionamiento, comenzaron a
repicar las campanas de las iglesias para alertar a los habitantes sobre un
posible bombardeo.
La gente
corrió a los refugios, mientras un avión Heinkel III descargaba seis bombas
sobre la ciudad. Luego de un breve intervalo, unos 53 aviones Junker
sobrevolaron la Villa para cumplir con el genocidio planeado.
Se estima que
fueron arrojados sobre Gernika 50 toneladas de explosivos destruyendo e
incendiándola casi en su totalidad; mientras más aviones ametrallaban a la
población civil que intentaba ponerse a salvo del horror, en medio de una
ciudad arrasada y envuelta en llamas.
¿Por qué GERNIKA?
Una primera
reflexión permitiría pensar que Gernika forma parte del área de resistencia
republicana del norte, la cual, intentaba penosamente, con armas de caza y
herramientas de labranza, contener el avance de los insurgentes fascistas que
se habían levantado en el norte de África –junio de 1936- al mando de Francisco
Franco.
Pero
indudablemente la elección de Gernika no fue al azar, sino que la operación
–acordada por el franquismo y el régimen nazi- tuvo como objetivo principal
minar la moral de los gudaris y de un pueblo aguerrido y patriota, porque
Gernika constituye uno de los símbolos más preciados de los vascos, por su
legendario roble que representa la tenacidad y firmeza de este pueblo.
Debemos
mantener la memoria activa sobre el genocidio ocurrido en Gernika en 1937,
tomar plena conciencia de las consecuencias que acarrean el horror y las
prácticas violentas para transitar caminos que conduzcan a la paz.
Para ello
aparte de la recordación, bueno seria, que el Estado Español hiciera un mea
culpa reconociendo este genocidio como, aunque tardíamente, hiciera la
Cancillería Alemana. Los inocentes que perecieron, sus familiares y el pueblo
vasco lo siguen reclamando.-
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