sábado, 22 de abril de 2017

ANTE LA PROXIMIDAD DE LA CONMEMORACIÓN DE LOS 80 AÑOS DEL BOMBARDEO DE GERNIKA

Ante la proximidad de nuevo aniversario del bombardeo de la villa de Gernika, la FEVA - Federación de Entidades Vasco - Argentinas, emitió un comunicado que transcribimos a continuación. 



Un día como hoy.
Gernika un ejemplo para la paz

Un día como hoy, hace 80 años, era lunes día de mercado. La ciudad de Gernika recibía visitantes de localidades cercanas que venían a abastecerse de productos que en época de guerra escaseaban. La villa foral estaba destinada al cuidado de refugiados y heridos, por lo que el ejército de republicanos vascos había decidido que no hubiera unidades de combate que pudieran atraer al enemigo. Solo contaba con escasos refugios antiaéreos que fueran construidos preventivamente luego de que las ciudades vecinas de Durango, Otxandio y Elgeta, entre otras, fueran bombardeadas, en los días previos.


Un día como hoy, hace 80 años, la legión Cóndor alemana y la aviación legionaria italiana, bajo las órdenes del sublevado Francisco Franco, comenzó un bombardeo atroz sobre Gernika.  A las cuatro de la tarde, empezaron a caer las bombas. Los cazas volaban en línea de tres. Luego tomaban altura, giraban y volvían a pasar por los cielos de la villa. Los aviones alemanes bajaron hasta los 70 y 40 metros para ametrallar a la población civil. Las bombas incendiarias hicieron el resto de la tarea. Durante tres horas y media, Gernika fue el infierno. Gernika ardía como una antorcha. Hubo dos mil muertos, la mayoría perecieron en los refugios o a causa de los ametrallamientos a campo abierto. El 85% de las casas de la villa quedó destruido.


Un día como hoy, hace 80 años, la táctica militar que se aplicó fue tan devastadora que Gernika ha pasado a la historia como el primer ensayo de guerra total. Fue el primer ataque aéreo indiscriminado contra una ciudad indefensa y contra su población civil. Fue un ensayo de guerra para medir el potencial destructivo de los bombardeos. Y sería el anuncio de lo que vendría después.


Un día como hoy, hace 80 años, Gernika se sumaba a la lista de ciudades vascas bombardeadas durante el alzamiento franquista en contra de la República. En seis jornadas, en el País Vasco se produjeron 64 operaciones de bombardeo. La mayor parte en el estrecho triángulo formado por Legutio, Elgeta y Durango. En total, en Euskadi, durante la Guerra Civil hubo alrededor de 1.100 bombardeos, un promedio de 2,7 por día. Entre ellos destacan por su virulencia los de Gernika, Durango y Otxandio. En Durango, el 5% de la población pereció en el bombardeo del 31 de marzo, también en 1937.


Un día como hoy, hace 80 años, la primera víctima fue la verdad. El régimen de Franco, a través de los medios de comunicación en sus manos, vertió grandes y numerosas mentiras sobre lo ocurrido en Gernika, ocultando la participación de las aviaciones alemana e italiana y negando toda responsabilidad en el bombardeo. Además de llorar a sus muertos, los sobrevivientes tuvieron que sufrir la vergüenza de no poder contar lo que sus propios ojos vieron por temor a ser represaliados por el bando fascista. La mentira oficial consistió en achacar la responsabilidad de la destrucción de la localidad a “los rojos” y “los separatistas” vascos, quienes habrían quemado la villa en su retirada. Pero la verdad encontró su camino hacia la luz. Fueron los periódicos extranjeros y los países que recibían a los refugiados de la guerra civil, como Argentina, los espacios donde la verdad sobre Gernika fue difundida, no solo en letras de molde, sino a viva voz.


Un día como hoy, pero hace 20 años, el Presidente del Gobierno de Alemania Federal Roman Herzog, en una carta dirigida a los sobrevivientes del bombardeo y leída por el embajador Henning Wegener en Gernika, admitía la participación de su país en tan aberrante hecho. A pesar de la negativa de su propio partido a formular un mensaje de reconciliación, el presidente Herzog decidió hacerlo él mismo. Este gesto fue saludado por diputados de la oposición como un gesto que libraba a Alemania de una nueva “vergüenza histórica”. Alemania ha sido el único país que ha reconocido su implicación en el bombardeo de Gernika. Este acto simbólico fue el trabajo de muchas personas e instituciones; el resultado de numerosas gestiones, esperanzas y desazones.


Hoy, Gernika ha sabido levantarse de sus cenizas, reconstruir su identidad sin rencores, sin odios, pero con memoria. Es un ejemplo de reconciliación avanzada, donde el proceso no ha llegado a su fin porque su andadura es larga. Los habitantes de Gernika desarrollan nuevas vías de entendimiento y de apoyo mutuo con el pueblo que un día fue su agresor. No se hizo justicia, pero se ha abierto el camino hacia la reconciliación, manteniendo vivo el recuerdo de las atrocidades cometidas hace 80 años.


Hoy en día, la reconciliación es una herramienta básica de la resolución de conflictos y, como tal, su significado es rico y complejo al mismo tiempo. Pero para que exista reconciliación es necesario que el agresor reconozca su culpa y acepte la responsabilidad de los actos del pasado. El bando nacional nunca reconoció su responsabilidad. Al contrario, tergiversó las pruebas y utilizó la prensa franquista para acusar a los republicanos vascos, de haber provocado el incendio de la villa en su retirada hacia Bilbao. Hasta el día de hoy, el ejército español no ha reconocido su implicación en el bombardeo de Gernika.


Hoy, los descendientes del Pueblo Vasco, los hijos y nietos de Gernika, queremos alentar a la reconciliación en la tierra de nuestros abuelos. Queremos enviar un mensaje de esperanza desde esta Argentina que para muchos de nosotros fuera cobijo en tiempos difíciles. Un mensaje de paz, un mensaje en contra de todo tipo de violencia, un mensaje de futuro y convivencia.

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